miércoles, 4 de julio de 2018

"Escribir es mi modo de pensar y de entender mis obsesiones"

Entrevistamos a Valeria Correa Fiz, escritora invitada por la Universidad de Valladolid para celebrar el #DíaLibroUVa


El amor por la lectura y los libros…, ¿es algo con lo que se nace o es un gusto que se va adquiriendo y acentuando con el tiempo?


Creo que ambas hipótesis son posibles. Estuve con el escritor guatemalteco Eduardo Halfon, que es ingeniero, hace un par de días en Casa de América y él comentaba que comenzó a leer con veintiocho o veintinueve años. Yo, en cambio, leo desde que era muy pequeña y siempre encuentro un rato, aunque sea exiguo, para dedicarle a la lectura. Pero es muy distinto leer por puro placer que leer como escritora.

¿Desde siempre tuviste claro que te querías dedicar a escribir?


No, en absoluto. La vocación de escribir es bastante reciente y me ha supuesto una renuncia: la de ceder cierto tiempo de la lectura a la escritura. No sé muy bien cuándo fue exactamente que me decidí a escribir con regularidad, pero cuando empecé no tenía ningún proyecto literario pensado. Soy abogada y mientras ejercía la profesión, los cajones se me iban llenando de páginas casi por arte de magia. Diría que La condición animal, mi primer libro de relatos, fue creciendo, avanzando hacia su propio destino solo. Me costó mucho separarme de él. Soy muy posesiva y publicar es una forma de entrega. También soy muy perfeccionista y me llevo mal con el concepto de 'texto definitivo' que, como diría Borges, no corresponde sino a la religión o al cansancio.

¿Cómo fueron tus inicios? Háblanos brevemente de tu trayectoria profesional.


Como ya he apuntado, soy abogada y, mientras ejercía la profesión, los cajones se me iban llenando de relatos. En un momento dado, releí todo el material que tenía acumulado a lo largo de los años y encontré que el tema del mal era el eje de muchos de esos cuentos. Me propuse que La condición animal fuese una especie de antropología imaginaria a propósito del tema del mal. Intenté retratar sus orígenes diversos  –el que proviene del Estado, de las relaciones familiares o de pareja, el mal como venganza, el mal como una zoología errada, etc.– y los modos diferentes de comportarnos cuando nos encontramos ante esas situaciones límites. Para ello, escribí cuentos nuevos que se adaptaran a la propuesta que me había trazado y corregí todo el material previo, mucho y obsesivamente como es mi costumbre, bajo esa idea que me había fijado.

Tienes libros de poemas, de relatos, también colaboras en revistas digitales…, ¿en qué género te desenvuelves mejor? 


Me siento muy cómoda en ambos géneros. Creo que la poesía, en su efecto y en la manera en que se compone, se encuentra muy cerca del cuento. Te diría que no elijo la forma sino que el fondo (lo que quiero contar) es lo que determina el género. La forma, el género, están al servicio de la historia. O deberían estarlo.

Y con los libros…, llegaron los premios. ¿Qué sientes al ver que tus trabajos son reconocidos, galardonados y recogidos en diversas publicaciones y antologías?


Me colocan en un lugar muy feliz, de mucho agradecimiento. Pero intento alegrarme con realismo: el éxito literario es siempre un éxito moderado. Basta mirar el porcentaje que representan tus libros vendidos en relación con la densidad demográfica para comprender que eso que llamamos éxito es sólo un pequeño triunfo. Por lo demás, intento seguir el consejo aristotélico de la Ética a Nicómaco: la virtud es encontrar el justo medio entre dos extremos. También para la felicidad me gusta ser prudente.

¿Dónde buscas la inspiración a la hora de escribir?


Creo que un escritor es un minero de sí mismo. Escribir es mi modo de pensar y de entender mis obsesiones. Sé que algo me duele o preocupa verdaderamente cuando lo escribo. En este sentido, me siento muy identificada con la frase de Marguerite Duras que dice: "escribir es aullar sin ruido".

¿Tienes algún libro o autor preferido que te haya marcado de manera especial y que nos recomiendes?


Hay dos libros a los que regreso siempre: Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, y Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa.

¿Planes en un futuro próximo? ¿Alguna novedad que nos puedas adelantar? 


Escribo mucho, pero también descarto mucho. No me aventuraría a hablar de un proyecto hasta que no estuviese terminado.

[Puedes conocer más sobre Valeria Correa Fiz, escritora y coordinadora del Club de Lectura del Instituto Cervantes de Milán haciendo clic aquí, y en su cuenta de Twitter que es @ValeCorreaFiz]

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